Murray había leído mucho a Bukowski, tanto que paso de leer a estudiar sus libros. Cuando los libros se terminaron, trato de seguir con los de John Fante. John Fante fue un escritor italiano que el mismo Bukowski admiraba y tomaba como guía para realizar sus trabajos.
Pero los libros de John Fante no existen en castellano. Entonces Murray comenzó a estudiar ingles. Tenia razones. Además de ese, habían otros motivos como alguna esperanza de vivir en Londres o Amsterdam, en algún pueblito de Estados Unidos talves de una forma u otra, estudiaba inglés.
No eran mas de 10 alumnos pero los había de todo tipo. Algunos tenían la edad de murray, otros lo aventajaban en una década o más. Pero en verdad no le importaban en absoluto. El solo iba y se sentaba lo mas alejado que podía del centro de cualquier grupo. Permanencia callado, salvo cuando tenia una respuesta brillante. Realmente brillante. Ahí era cuando hablaba.
Durante las pausas, sus compañeros se reían juntos y contaban algunas cosas de las que murray no podía encontrar interés. No era el que hablaran del clima o de deportes lo que le molestaba y excluía sino la negación preestablecida para intentar pensar otras verdades.
Las chicas y los chicos hablaban muy de cerca, se reían juntos, eran frescos y creíbles porque tenían inocencia...una inocencia que iba mucho mas allá de lo que se aprende en calle, una inocencia proveniente de la ignorancia y del aferrase a lo preestablecido sin jamas preguntar o ver el porque.
Y si Murray alguna vez fuera sincero, preferiría ser como ellos y ser feliz.
En las pausas, mientras los demás charlaban, el usaba su walkman y dibujaba figuras, grandes y complejas figuras de animales y objetos. En ocasiones era un complejo laberinto de pagina entera que le llevaba meses completar. Tenia un estilo propio y era realmente bueno.
La única forma de lograr conectare lo que el llamaba la gente era forzando y reprimiendo sus ideas. Ese método, era tan ajeno a su persona, que el único modo que concebía para usarlo era tomarlo como un juego de habilidad, una forma inteligente de saber casi sin preguntar, modos de razonamiento, costumbres y valores de una persona. No era fácil, pero le gustaba probarce todo el tiempo. Lo necesitaba.
El tiempo desarrollo esa habilidad y aprendió a reconocer sus perfiles. Sabia como tratarlos, que decirles, como pensaban y que querían. Y también que podía obtener de ellos. Una tarde, al otro dia de la clase, tomo su libro de ejercicios. Al abrirlo encontró una pequeña nota escrita a mano.
Decía así:
Murray:
Hace tiempo que te observo observar a todos y cada uno de nosotros, veo que estas terriblemente solo en tu mundo. No sé, en parte te entiendo y quisiera abrasarte y decirte que te entiendo, pero no sé si será suficiente.
Me gusta como sos porque en parte, soy como vos.
Anna.
Murray releyó la nota varias veces, con atención, estaba sorprendido por él diagnostico de su compañera. Una mezcla de emoción y excitación lo atormentaba tanto que tuvo que masturbarse pensando en ella para poder dormir.
Anna... él la recordaba perfectamente, le habia pedido el cuaderno prestado antes del fin de la clase. Ella era alta, pelo negro, delicada, se creía muy lista. Ella creia no ser como ellos, solo eso, lo creía. Pero fuera de eso, tenia dosis de carne en buenas proporciones, además, se movía con estilo y aunque nunca llegó a creer en una oportunidad, parecía un polvo fácil.
Al otro dia, en la clase, solo existió un fugaz cruce de miradas que ambos trataron de disimular. Al terminar la clase, todos salieron como de costumbre y murray comenzó a caminar lentamente, sabia lo que pasaría, pero la falta de costumbre lo hacia huir. Entonces ella se acercó y poniéndose frente a el lo miró y le dijo palabras que murray no escuchaba. Él vivió en cámara lenta todo el instante, todo ese sol brillando como nunca en el atardecer a travez de su pelo, el aire de la tarde frío y seco parecía más amigable y su mente por fin dejaba de buscar. Todo lo que necesitaba estaba frente a Él.
Se sentía bien, como un obrero al escuchar los motores de la fabrica apagarce luego de un día de trabajo. Comenzaba a disfrutar la idea de ser conquistado, por fin tenia algún tipo de recompensa actuar como pensaba. Pudo verla mover los labios, hablándole, pero él estaba aturdido, simplemente se hacercó más y la besó. Los labios de anna estaban secos, pero eran grandes y femeninos. El interior de su boca era cálido, muy cálido, y ella lo abrasó con fuerza. Escucho caer una lapicera de la carpeta que llevaba en la mano. El la tomo con firmeza de la cintura, trayéndola. Entonces se separaron, y como si nada hubiera pasado comenzaron a caminar.
-¿Qué pensás? dijo él.
-No sé, me siento mejor -dijo Anna sonriendo.
-Pero, ¿qué ves en mi, por qué yo?
-¿Siempre necesitas que te estén diciendo todo? dijo Anna mirando el piso, mientras seguían caminando por una calle muy bonita, cubierta de hojas secas marrones que combinaban a la perfección con el pasto verde.
-Bueno eso depende...de vos me interesa saberlo.
Entonces Anna miro a Murray y se detuvo. Ya comenzaba a anochecer, y el frío se hizo notar más al brotar un poco de vapor de sus bocas.
-Mirá, no lo había pensado antes, pero creo que no puedo soportar ver en vos ese equilibrio mental que tenés, estando solo, excluido...tenés una seguridad tan grande para vos mismo...en parte quiero saber que pasaría si rompo ese equilibrio, si ya no estas apartado, quiero ver que tan duro sos... Por otro lado, siento que soy parecida a vos en muchas cosas, y quiero demostrármelo, ¿se entiende?
Murray parecia pensar en todo eso mientas rascaba su barba. Luego dijo:
-Mira, no sé que tratas de hacer conmigo, la verdad, me gustas, pero no creo que puedas hacerme cambiar demasiado, cuestión de principios.
-¿Principios? ¿Qué clase de principios? Dijo ella.
-Clase b -ambos rieron y entonces él dijo:
-¿Qué tal si salimos hoy en la noche?
-Sí, acepto, me gustaría.
Quedaron en verse a las 10pm, y fueron a comer a Mcdonald’s. Ella pidió su combo diciendo "ese" y el pidió con seguridad un combo3 de $ 5. Puede uno estar o no acostumbrado, pero como sea, un combo hincha él estomago de tal forma que generalmente se necesita desabrochar el botón del pantalón. Mientras comian, se miraban mucho y parecía estar todo demasiado bien.
Entonces ella pregunto:
-¿Crees que existe el amor? Yo creo que sí.
-¿Amor? ¿Qué es el amor? Dijo él.
-El amor no es mas que un engaño. La perfecta justificación de tener un coño fijo. ¡El amor surge después de una buena chupada! Dijo Murray riendo.
Una pareja que comia cerca de Murray escucho y lo miraron disgustados, Murray seguía comiendo.
-¿Y te gusta que te la chupen?
-Sí, ¿a quién no?
-Bueno, mi novio anterior no me permitía hacerlo. Decía que al besarlo tendría el sabor de un pene en la boca.- Ambos rieron y más aún al ver que la pareja que estaba cerca comenzaba a sentirse incomoda.
-Y vos, ¿qué pensas del amor? -dijo Murray.
-Creo que esa es la pregunta más simple y difícil del mundo. -dijo Anna- Creo que...el amor es un estado ideal, una utopía, algo existente, pero inalcanzable. A lo sumo, podría uno decir que esta convencido de estar amando a alguien, pero dudo que sea posible. Concibo el amor solo ante un ente divino, en esas circunstancias, el hecho de idealizar un ente lo hace perfectamente amable, al menos en mi caso. -dijo Anna seriamente.
Murray asintió. Si bien no expreso emoción alguna, se sintió feliz de haberla conocido, de esta nueva esperanza, y de un polvo que venia necesitando hace mucho tiempo.
Más tarde fueron a un bar, un lugar chico y de luz casi tenue, como de costumbre murray pidió un martini. Anna pidió cerveza con vodka. La chica que tomo el pedido no pudo ocultar la mueca de asco ante semejante mezcla. Sentados en el ángulo mas alejado del bar, se besaban y sentían los relajantes efectos del alcohol. Anna deslizó su mano y la apoyo sobre la picha de Murray.
Entonces ella dijo: "quiero que hagamos todo lo que mi novio no me dejaba"
Murray pagó y tomaron un taxi. Mientras viajaban, el taxista veía por su espejo retrovisor la mano de murray recorriendo las bragas que asomaban debajo de una pollera negra de Anna.
Pararon en un hotel clase "a" de una estrella a dos cuadras de la terminal de ómnibus. Era un lugar apestoso, húmedo, frío, y antiguo. Tenia un gran cartel de neón verde que deberia decir "hotel" , pero tenia la "e" apagada y decia "hot l".
A Murray le encantaban esos lugares. Cuando abrieron la puerta, una mujer de cómo 50 años que estaba sentada mirando un partido de fútbol en una silla de madera se hacercó para atenderlos. El lugar olia a eructo de salame y pedo. La mujer revelaba su miseria a través de su ropa y su mirada llena de tristeza y vacío.
-¿Habitación?
-Sí. Ventana a la calle si tiene libre.
-Son $ 15. Dijo la mujer y les dio la llave #14.
Subieron la escalera, Anna iba adelante, y Murray visualizaba toda esa carne algunos escalones abajo. Se sentía fuerte, en su racha de suerte, y su ego nunca había estado tan alto. Ese tipo de lugares lo hacía sentir bien. El no pertenecía a esa decadencia, pero le gustaba probarla de ves en cuando. Se sentía como un perdedor afortunado y ese tipo de lugares se lo recordaban.
La habitación era tan sucia como la mujer que los atendió. Olía y lucia a antiguo. Murray cerró con llave y abrió la ventana un momento para mirar la calle. Casi no habia tránsito, y el aire frio cortante le recordaba su desendencia sovietica. Pronto comenzó a llover.
Anna paso un momento al baño, y cuando salió abrió la cama con desconfianza, como analizando el lugar y exclamó: "¡HAY UN PELO EN LA CAMA!"
Para ambos, ese instante fue especial. Ella sintió que no debio haber dicho eso. Pero era tarde. Murray sonrió, minimizando el detalle del pelo, pero sin poder evitar mirar con gesto acusador el rostro disgustado de Anna.
Murray se agacho y miro, era cierto, había un pequeño pelo negro que se corrió de un soplo.
Por algún motivo, eso le recordó que habia olvidado recoger la lapicera que se le cayó en la tarde cuando se besaron.
Murray apagó la luz. La habitación se iluminó con luz verde del neón del cartel de la calle. Murray vio como Anna comenzaba a desvestirse.
Aunque en parte, ya lo habia hecho. |